La mujer con enfermedad de Steinert que quede embarazada presenta un riesgo mayor de complicaciones tales como parto prematuro, aborto, hemorragia postparto o muerte fetal.
Se recomienda a todas las embarazadas que tengan distrofia que se realicen un diagnóstico prenatal durante el primer trimestre de gestación mediante el estudio del ADN fetal.
Un bebé que nace con la enfermedad puede presentar síntomas tales como problemas y dificultad para respirar y tragar, debilidad muscular, sobre todo en la cara, y alguna deformidad ósea.